Tras atravesar uno de los momentos más amargos de mi vida, cuando a los 19 años y en el papel de madre soltera, pasé por fuertes experiencias ligadas al desamor y al trato violento, sentí que había vivido demasiado deprisa y perdí las ganas de sonreír por completo.
Empeñada en mantenerme de pie, encontré en mi maternidad el POR QUÉ de seguir aferrada a mis sueños y decidí que me quedaba mucho por entregar y recibir de la vida, cambiando así, radicalmente, el rumbo de mi destino y el de mi familia. En menos de un año, conocí al que se convertiría en el amor de mi vida, marido y padre de mis tres hijos.
“A mí lo que me apasiona son las personas”
Desde muy temprana edad lideraba grupos, primero en el colegio, más tarde en la vida y, tras terminar mis estudios, inicié mi carrera en el mundo laboral como fuerza de ventas de diferentes empresas.
Me formé como agente comercial profesional y también dediqué varios años de mi vida al desarrollo de equipos de personas a través de redes de distribución Multi Nivel.
Me arruinaba y volvía a resurgir de mis cenizas, cometía una y otra vez los mismos errores y parecía que estaba atrapada en una rueda sin final que me condenaba, irremediablemente, a una montaña rusa que empezaba a consumir mis fuerzas.
En torno a los 33 años volví a tocar fondo, viviendo la experiencia que sin duda catalogaría como la noche más oscura de mi alma. Había vuelto a fracasar en los negocios, mi relación de pareja se desmoronaba, era incapaz de conectar con mis “nuevos desconocidos” hijos adolescentes y todo en lo que me había basado espiritualmente durante los últimos 20 años se tambaleó hasta desplomarse ante mis ojos como un castillo de Naipes. Estaba completamente perdida.
Una vez más, me negué a mí misma la posibilidad de hundirme. Comencé a leer sobre metafísica y el funcionamiento de las LEYES UNIVERSALES para en breve encontrarme completamente sumida en un estudio riguroso de la física cuántica.
Fascinada por las personas, por el estudio del pensamiento humano y el poder que este ejerce en la vida de cada individuo, entendí mi vocación por el liderazgo y encontré en el desarrollo y crecimiento personal el equilibrio y el sentido a mi trayectoria.
¡Pues Vamos!